lunes, 14 de marzo de 2011

Llamado también cangrejo rey, cacerolita o bayoneta, nombre común de cualquiera de cuatro especies de artrópodos marinos similares a los cangrejos.

La especie más común vive a lo largo de la costa este del continente americano, desde Nueva Escocia hasta Yucatán; las otras viven en el este del océano Pacífico (Asia). Los animales tienen una estructura intermedia entre los crustáceos y los arácnidos, y estuvieron clasificados como un orden de la clase arácnidos de los artrópodos.

Están más próximamente emparentados con las arañas que con los cangrejos. Los fósiles de los cangrejos cacerola se remontan al periodo ordovícico, hace 500 millones de años.

El cangrejo cacerola es castaño oscuro y alcanza una longitud de unos 60 cm. La cabeza y el tórax están fusionados en un cefalotórax, cubierto en su parte superior por un caparazón duro, grueso y con forma de herradura.

El pequeño abdomen está cubierto por un caparazón estrecho, articulado por delante con el caparazón principal, que termina en una espina larga y afilada. El animal tiene un ojo compuesto de gran tamaño a cada lado del cefalotórax, dos pares de ojos sencillos más pequeños entre los ojos compuestos, y cinco órganos fotorreceptores debajo del caparazón. La boca se encuentra en el centro de la cara inferior del cefalotórax; a cada lado de ella hay un par de pinzas (quelíceros) para atrapar a las presas y seis pares de patas ambulatorias, el último de los cuales es rudimentario.

La cara inferior del abdomen lleva seis pares adicionales de apéndices; el primero cubre la abertura genital y los otros cinco están modificados en branquias. El cangrejo cacerola se entierra en la arena y el barro del fondo oceánico cerca de las playas, donde se alimenta de pequeños invertebrados. A finales de la primavera, la hembra pone sus huevos en la zona intermareal de bahías y estuarios.


Los cangrejos cacerola se usan como cebo desde la antigüedad y también han sido transformados en harina para fertilizantes. Desde 1964, se viene usando una sustancia presente en su sangre para detectar endotoxinas bacterianas en los fármacos y varias enfermedades bacterianas. Los animales pueden ser devueltos al agua una vez extraída parte de su sangre, por lo que este uso no es necesariamente una amenaza para su supervivencia. No obstante, su número empieza a descender con claridad en Asia debido a la contaminación, la pérdida de hábitats y la sobreexplotación.

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